Crazy Drags con su más reciente comunicado oficial, que no fue un simple aviso de producción, sino una postura contundente frente al acoso digital, los comentarios despectivos y la violencia emocional que muchas artistas enfrentan durante y después de una competencia. En una escena donde el brillo a veces convive con el juicio, el mensaje llega como una bocanada de aire fresco.
Un llamado urgente: menos odio, más empatía
La producción de Crazy Drags fue directa: no más comentarios que hieran, ni “críticas disfrazadas” de opinión. Recordaron que detrás de cada peluca hay una persona con emociones, con inseguridades y con una salud mental que puede fracturarse bajo el peso del bullying digital. En un país donde la escena drag independiente crece a ritmo vertiginoso, pero sin los recursos de producciones televisivas, este tipo de recordatorios se vuelven urgentes. No es censura, es cuidado: la empatía también se aprende.
Celebrar el talento, no compararlo
Otro punto clave del comunicado fue el reconocimiento al esfuerzo de las participantes. Muchas de ellas (según la producción) están enfrentando su primera competencia drag, y aun así entregan performances que combinan pasión, técnica y una enorme creatividad. Crazy Drags lo dice sin rodeos: no se trata de quién tiene más experiencia o presupuesto, sino de quién se atreve a brillar.
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Un espacio seguro, no un campo de batalla
Crazy Drags también aprovechó para reafirmar su compromiso con la creación de un espacio seguro, inclusivo y libre de odio. Su meta es que tanto artistas como público puedan disfrutar del show sin miedo a ser ridiculizadxs, defendiendo una visión del drag como comunidad, no como competencia salvaje. Para quienes quieran apoyar de forma positiva, recordaron la existencia de las “Crazy Propinitas”, una forma simbólica de contribuir al trabajo de las reinas, reconociendo su arte desde el cariño y no desde el juicio.
El drag necesita respeto
Este comunicado llega en un momento clave, cuando las redes sociales amplifican tanto la admiración como la crueldad. Crazy Drags, con una voz firme pero afectuosa, le recuerda a la Dragversidad que el drag no se construye con hate, sino con apoyo. Que detrás del glitter hay historias de esfuerzo, de lucha y de autodescubrimiento, y que si queremos una comunidad drag fuerte, diversa y sostenible, el respeto tiene que ser la base.

En resumen, Crazy Drags no solo defiende a sus concursantes, sino que educa. Pone el dedo sobre una herida que todas las escenas locales deben atender: la responsabilidad colectiva de cuidar a nuestras artistas.