La Draga Madrina, muy a pesar de muchos, fue un parteaguas en la historia del drag mexicano, por ello te contamos qué fue lo que aprendimos.
La Draga Madrina, el primer show drag en tv abierta.
«La Draga Madrina» representa un hito en la televisión mexicana al ser el primer reality show drag transmitido en señal abierta. Más allá de ser un simple programa de entretenimiento, este proyecto visibiliza y celebra la diversidad de género y la expresión artística, contribuyendo a romper estereotipos y fomentar la inclusión. Al llevar el arte drag a hogares de todo el país, se abre un diálogo necesario sobre identidad, tolerancia y respeto, demostrando que la televisión aún puede ser un agente de cambio social.

Más Drag, más talento.
Contar con más espacios que visibilizan a nuevos talentos drag enriquece la escena artística y fomenta la diversidad. Al demostrar que el drag puede tomar infinitas formas, estas plataformas empoderan a los artistas y les ofrecen más oportunidades para compartir su arte con el mundo. Esto es especialmente significativo para aquellos que provienen de regiones menos representadas, ya que les permite demostrar su talento y conectar con un público más amplio.

Evolucionhada.
La competencia nos regaló una temporada llena de sorpresas y crecimiento. Vimos cómo cada participante se superó a sí misma, demostrando que el drag es un arte en constante evolución. La dedicación, la práctica y la capacidad de aprender de las críticas son claves para alcanzar el éxito. Este tipo de concursos no solo nos entretienen, sino que también nos inspiran a perseguir nuestros sueños y a creer en nuestro potencial.

‘La Draga Madrina’ ha sido un hito para la comunidad drag mexicana. Al ofrecer una plataforma nacional, el show ha demostrado que el talento drag es infinito y que siempre habrá nuevas formas de sorprender y emocionar al público. Este reality ha abierto puertas y ha inspirado a una nueva generación de artistas drag que sabemos pronto ocuparan un espacio en alguna plataforma como esta.