Vayan sacudiendo las pelucas y desempolvando las plataformas porque se avecina un campo de batalla que promete marcar historia: War of Drags: Dance or Die. La producción acaba de lanzar convocatoria y el reto no es menor. Aquí no basta con verse espectacular, hay que dominar el escenario con movimientos que hagan sudar al público.
Convocatoria abierta: El arte drag será un campo de guerra
La búsqueda ya está en marcha y la producción quiere a las más valientes, las más creativas y, sobre todo, a quienes sepan que el drag no es solo maquillaje y lentejuela, sino cuerpo, danza y resistencia. Las audiciones piden fotografías de rostro, medio cuerpo y cuerpo completo, además de un video de presentación donde la persona postulante diga quién es, cómo se llama en drag, de dónde viene y cuál es su concepto. Pero eso no es todo: también se exige un video show, porque aquí se trata de demostrar, no de prometer.
La fecha límite es el 30 de septiembre de 2025 y el llamado está abierto a todes aquellxs que tengan hambre de escenario y estén dispuestxs a entrarle a esta guerra donde la danza se convierte en la mejor arma.
Dance or Die: más que un eslogan, una declaración
El concepto de esta edición, Dance or Die, va directo al corazón de lo que significa hacer drag: transformar el cuerpo en un vehículo de expresión. Se busca que las artistas arriesguen, que cada número sea un statement, una historia contada con tacones, sudor y pasión. El escenario se convertirá en un lienzo donde cada concursante tendrá que pintar con movimientos, miradas y performance aquello que hace única a su drag.
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La dragversidad sabe que no es cualquier competencia. Aquí no hay espacio para la tibieza ni para los shows de relleno: lo que se quiere son números electrizantes que fusionen lo visual con lo corporal, un espectáculo digno de talla internacional que ponga a México como epicentro de la creatividad drag.
El poder de la autoexpresión
War of Drags no solo es un concurso, es una celebración de la audacia y la innovación, un espacio donde la autoexpresión no se mide por etiquetas sino por impacto. Cada show es una oportunidad para demostrar que el drag vive, se mueve y se reinventa con cada paso en la pista.