Lo que parecía una típica narrativa de “madre e hija drag con historia compartida” se transformó en uno de los conflictos más sonados de la temporada. Irene The Alien, actual concursante de RuPaul’s Drag Race All Stars 10, rompió públicamente su lazo con su ex hija drag, Arrietty, y lo hizo sin rodeos: “Nunca perdono a alguien que se mete con mi dinero, mi personaje o mi hombre”.
¿Drama? Claro. Pero más allá del morbo, lo que está ocurriendo entre estas dos performers tiene capas que vale la pena desglosar. Y aquí en La Reseña Que Nadie Pidió, nos gusta ver más allá del chisme.
¿Qué pasó exactamente?
Según Irene, el rompimiento fue inevitable. Desde la entrevista que dio con Mistress Isabelle Brooks, se dejaron ver tres puntos de tensión:
- Conflictos económicos,
- Interferencia con su imagen pública, y
- Problemas personales que habrían sobrepasado los límites del respeto mutuo.
La respuesta de Arrietty no tardó. En redes sociales escribió:
“Si supieran la verdadera T. Voy a mantenerlo lindo porque estoy tratando de crecer.”
Pero más allá del tuit pasivo-agresivo, también se compartió una declaración más elaborada (como muestra la publicación que circula en redes), donde Arrietty narra su versión de los hechos, señalando diferencias en pagos, contrataciones y tensiones más personales que, según ella, fueron las verdaderas razones del quiebre.
¿Dónde termina el show y empieza lo real?
Esto nos lleva a una pregunta importante: ¿qué significa cuando una relación drag se descompone públicamente?
Porque no se trata solo de una pelea entre dos ex compañeras de peluca. La relación madre-hija en el mundo drag tiene una dimensión simbólica profunda: se trata de legado, de guía, de comunidad queer escogida. Y cuando eso se rompe —y se rompe frente a miles de fans—, el daño no solo es emocional, también es estructural.
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Las casas drag han sido por años espacios de refugio, educación y crecimiento artístico, especialmente en comunidades donde ser disidente no siempre es seguro. Lo que vemos aquí no es solo un pleito, es un recordatorio de lo frágil que puede volverse el arte drag cuando se atraviesa con fama, expectativas, contratos y redes sociales.
Ahora un poco de realidad
Sí, el conflicto entre Irene y Arrietty tiene jugo mediático, pero también nos deja con un sabor agridulce. ¿Qué pasa cuando las casas se rompen? ¿Qué responsabilidades tenemos como audiencia al consumir este tipo de historias?
Quizá la próxima vez que el algoritmo te ponga una pelea de drags en la cara, vale la pena preguntarse no solo “¿de qué lado estás?”, sino también: “¿Qué podemos aprender como comunidad para que estas fracturas no se repitan?”