Mariana no entró al set. Lo atravesó. Como quien ya vivió muchas vidas en un solo cuerpo. Como quien ha dormido en el suelo, pero camina como si cada paso encendiera una constelación. Su mirada lo decía todo: Ha llorado, ha reído, ha resistido y hoy, está lista para contar su historia.

Esta no fue una entrevista. Fue un acto de fe. Un espejo para quien ha sentido que no hay lugar en este mundo. Mariana llegó a La Reseña Que Nadie Pidió para recordarnos que el drag no es solo performance, es una promesa: la de nunca dejar de creer.

¿Quién es Mariana Stars?

Mariana no viene del privilegio. Viene de un pueblo chiquito, de esos donde los sueños se achican porque no caben en las calles. Pero ella, testaruda como buena estrella fugaz, decidió soñar de todos modos. Y soñó tanto que un día se encontró en Madrid, durmiendo en el suelo, con hambre y ganas. No había escenario, pero había deseo. Y eso bastó.

Cuando le preguntamos quién es, no dudó: “una soñadora”. Pero no de las que se quedan en su cabeza, no. Mariana soñó tan fuerte que terminó siendo inspiración. Se define como “una cara, un cuerpo, un sentimiento y una forma de creer en el amor”. Y ahí está el truco: su drag no busca aplausos, busca conexión.

“Lo mejor de Drag Race España”: mostrarse sin fragmentos

Hoy la vemos como la musa queer de dos mundos: la española de raíz y la latina de fuego. En su paso por Drag Race España, no solo brilló: tejió identidades, armó collage con su doble cultura, y mostró que el drag también puede ser puente entre orillas.

Desde su raíz española hasta su alma latinoamericana, Mariana armó un mosaico identitario sobre la pasarela. “Poder mostrarme como el personaje que soy”, dice, con esa mezcla dulce de orgullo y vulnerabilidad. Porque mostrarse completo no es fácil, pero es urgente. Y porque cuando lo haces, abres caminos para que otrxs también puedan imaginarse ahí.

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“Un consejo para quienes aún no se atreven a soñar”: resistencia con brillo

“Dormí en el suelo”, suelta, y el set se quedó en silencio. Nadie pestañeó. Porque no todas las historias drag empiezan en camerinos iluminados. Algunas empiezan con hambre, miedo, dudas. Pero Mariana le apostó todo a su sueño. Y hoy, sin creérsela del todo, ya es prueba viviente de que sí se puede. “Si tú no crees en ti, nadie lo va a hacer”. Anótenlo.

“Drag Race vs The World”: ¿Una edición hispana?

Lo suyo no es la pose, es la conexión. Lo notas en cómo se refiere a otras drags: no desde la comparación, sino desde la admiración. Celebra a las que tienen historia, a las que usan el maquillaje para contarse y no para esconderse. Regina Voce, Cristian Peralta, Eva Blunt… no son nombres en un ranking, son espejos que la emocionan.

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Si se armara ese Drag Race vs The World en español, Mariana no viene solo a competir, viene a aliarse. Y no con cualquiera: quiere a Garçonne, Horacio, Regina por México, y a su crew de España: La Niña Delantro, Chloe Vittu, Shani LaSanta, La Bella Vampi y Dita Debouis para montar un eje resistente e imparable. Sexy, sí, pero sobre todo estratégico: la unión hace la historia.

INTERESTELAR: música que lo da todo

INTERESTELAR no es un show, es un ritual de liberación. Mariana quiere que olvides tus problemas por una noche, que te entregues al aquí y al ahora. Desde la disco hasta los altavoces de Pride Madrid, su propuesta musical es también una declaración política: el goce es urgente. Y se baila con glitter.

“Make Dragversidad Great Again”: comunidad o nada

Antes de despedirse, nos deja un mensaje que es a la vez cachetada y abrazo: la comunidad queer no puede seguir dividida en siglas. Tenemos que hacer de nuestra diversidad una fuerza que incomode, que proponga, que transforme. “Hagamos la dragversidad más grande otra vez”, dice entre risas pero con los ojos bien serios.

Mariana apuesta a la unión, a la red viva que resiste desde lo colectivo. No quiere más disidencia solitaria. Quiere multitudes organizadas, aliadas, transformadas.

Mariana Stars no solo baila entre planetas. Mariana es el universo mismo, recordándonos que hay cuerpos que no piden permiso para brillar. Y que el drag cuando se hace con verdad no es una actuación: es una revolución con pestaña postiza.


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