La elección del Papa León XIV ha generado una oleada de reacciones en todo el mundo, especialmente entre quienes esperaban una continuidad en la apertura y el diálogo impulsados por su predecesor, el Papa Francisco.
Con una Iglesia que lentamente comenzaba a abrir sus puertas a la diversidad, las primeras declaraciones del nuevo pontífice encienden las alarmas de quienes temen que los avances logrados en temas clave como inclusión, la posición de las mujeres en roles de liderazgo y reconocimiento a la comunidad LGBTQ se vean amenazados.
¿La doctrina católica seguirá el tema de la inclusión?
En pocos días, este Papa ha dejado clara su posición con declaraciones controversiales, destacando la más reciente sobre la familia. En un discurso pronunciado desde el Vaticano, León XIV afirmó que “la verdadera familia es la formada por un hombre y una mujer unidos en matrimonio, abiertos a la vida”, una frase que, aunque no es nueva en la doctrina católica tradicional, contrasta marcadamente con el tono más pastoral y acogedor que caracterizó el pontificado de Francisco.
Durante su mandato, Francisco marcó un antes y un después en el enfoque del Vaticano hacia las personas LGBT. Su famosa frase “¿Quién soy yo para juzgar?” en 2013 abrió una nueva etapa de reflexión dentro de la Iglesia. Más recientemente, permitió la bendición de parejas del mismo sexo bajo ciertas condiciones pastorales, un gesto simbólico que, sin ser una aceptación plena del matrimonio igualitario, sí representó un paso importante hacia el reconocimiento de nuevas formas de amor y convivencia.
Un mandato que busca borrarnos
El nuevo énfasis en un modelo único de familia por parte de León XIV no solo ignora la realidad de los muchos tipos de familias que existen hoy también puede interpretarse como una invalidación simbólica de millones de hogares que no responden a ese molde tradicional. Familias monoparentales, homoparentales, adoptivas, familias reconstruidas tras un divorcio, de madres o padres solteros, abuelos criando, parejas sin hijos, unipersonales entre muchas otras, son realidades que existen, que merecen dignidad, respeto y acompañamiento.
Los derechos y la visibilidad de las personas LGBTQ dentro de la Iglesia católica han sido una de las luchas más delicadas y complejas en los últimos años. Si bien aún queda mucho camino por recorrer, el giro conservador en las palabras de León XIV podría frenar o incluso revertir parte del terreno ganado en términos de inclusión y sensibilidad pastoral.
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Sin embargo, y a manera de esperanza, el pontificado de León XIV apenas comienza. La historia ha demostrado que los papas, como cualquier líder, pueden evolucionar en su pensamiento y en su forma de ejercer el liderazgo. Queda por ver si sus futuras decisiones serán capaces de tender puentes en lugar de levantar muros.