Hace apenas unas décadas, el drag en los medios de comunicación era poco más que un chiste recurrente hoy es todo un símbolo de empoderamiento. En cine y televisión, los personajes drag eran utilizados como patiños cómicos, caricaturas de personas reducidas a estereotipos exagerados y sin profundidad.
Del humor al poder drag
Sin embargo, la evolución del arte drag ha sido impresionante, pasando de ser un simple recurso humorístico a convertirse en una manifestación cultural aspiracional, de empoderamiento y con fuerte presencia dentro de la cultura pop moderna.
El boom mediático del drag no puede entenderse sin la influencia de pioneros como la gran Francis, quien en su momento, logró abrir puertas en la televisión mexicana y dar una plataforma a la expresión de género fuera de los márgenes convencionales.
Pero el verdadero punto de inflexión llegó con la expansión de franquicias como «RuPaul’s Drag Race», que revolucionó la percepción global del drag, presentándolo como un arte más sofisticado, diverso y con un fuerte componente de identidad personal. En Latinoamérica, fórmulas como «La Más Draga» han seguido este camino, mostrando el talento, creatividad e historias de artistas que han encontrado en el drag un camino para redefinir el “show business”.
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Una nueva era para el drag
Más allá de los medios tradicionales, el drag ha conquistado nuevas plataformas y escenarios. En YouTube y TikTok, figuras como «La Burrita Burrona y Turbulence» han roto esquemas con su humor irreverente y agudo, llevando el drag a audiencias masivas y demostrando que este arte no tiene límites. En el terreno del performance en vivo, colectivos como «Koketas Show» han elevado el drag a un nivel de espectáculo digno de cualquier gran producción, combinando lipsyncs elaborados, coreografías impactantes y una presencia escénica que rivaliza con la de artistas mainstream.
Este ascenso del drag a la cúspide de la cultura pop no solo ha significado una mayor visibilidad, sino un cambio de percepción: el drag ya no es simplemente un entretenimiento de nicho, sino una expresión artística con impacto masivo. La figura de la drag queen, que antes era motivo de burla en los medios tradicionales, ahora es símbolo de empoderamiento, creatividad y éxito.
Las reinas, hoy son vistas al nivel de estrellas de cine o del pop, y las artistas drag han logrado consolidar sus carreras más allá del escenario, incursionando en la moda, la música y la actuación. Este fenómeno es una prueba de que la cultura evoluciona y de que las barreras que antes limitaban la representación de la diversidad están siendo derribadas.